Entrevista a JOSEP MOYA. Autor del libro: Maldad, Culpa y Responsabilidad.
Esta entrevista es un diálogo de 7 mujeres con el psicoanalista y autor de varias publicaciones Josep Moya. Recientemente impartió, en el curso de extensión de ACCEP -El maltrato a la Mujer-, la clase: “Violencia, banalización del mal y responsabilidad del sujeto”.
La inspiración de estas mujeres, de querer saber más sobre la maldad, surgió durante los debates temáticos, en un grupo de palabra, que comparten semanalmente. Igualmente disponen de otro dispositivo donde se interpelan sobre sus responsabilidades subjetivas, etc. A pesar de todas las elaboraciones que practican, surgió el deseo de extender sus indagaciones hacia fuera, a un autor que investiga el tema. Y así se acordó, la invitación a J. Moya, que aceptó encantado hacer este diálogo.
Se interrogan sobre la incidencia en sus vidas y también en lo social, de lo que denominan la maldad. Salieron de situaciones de violencia, de estar bajo el temor, el desamor y la culpa. Explican que la maldad, afectó drásticamente sobre las vidas. La sienten, parece ser, como algo enigmático, que es difícil nombrar, así como precaver. Y a la vez incomprensible. Estas preguntas que encontraréis a seguir, vienen del deseo de atreverse a llevar la curiosidad hacia fuera, saltar el muro institucional.
Cinta, Ester, Fina:
¿Por qué cuando vives, convives, trabajas con una persona que lleva la maldad en su interior, hay gente como nosotras que no vemos la responsabilidad personal de apartarnos de ese mal y encima acabamos sintiéndonos culpables?
Nos dejamos arrastrar por ese mal, sin poner remedio, a veces inconscientemente, sabemos que ahí hay algo, pero no queremos aceptarlo. ¿Por qué justificamos la maldad?
Alguien hace el daño a otro diciéndole o pensando que es para su bien. ¿Lo toma de forma errónea? ¿O lo hace con maldad?
MOYA: La maldad existe en nuestra cotidianidad, forma parte de la naturaleza humana. Hay una película: Planeta 2001 Odisea en el espacio, que empieza mostrando un simio, antecesor del homo sapiens, que coge una barra de madera y con ella golpea la cabeza de otro simio. Como fondo musical, la introducción de un poema sinfónico: Así habló Zaratustra. Esa escena sería impensable en una comunidad de leones, de tigres o de cocodrilos. Sin embargo, la especie humana ha dado numerosas muestras, a lo largo de su historia, de maldad y esas manifestaciones han alcanzado unas cotas máximas en el siglo XX, con las guerras mundiales y los numerosos genocidios cometidos sobre diversas etnias: armenios, gitanos, judíos, etc.
El mal, la maldad, por tanto, es inherente a nuestra especie y el mundo íntimo de la pareja no está libre de ella; es más, alguien ha dicho que la pareja y la familia son instituciones peligrosas en tanto esa misma intimidad puede ser el caldo de cultivo de conductas violentas.
Las cosas son diversas y no podemos atribuirlas a un solo vector. Para referirnos a ellas sería preciso dedicar mucho tiempo pero me parece que podrían resumirse diciendo que palabras como: celos, competencia, posesión, así como una particular concepción del amor en la pareja, pueden dar algunas pistas.
Marta y Susana:
¿Por qué cuando alguien es importante en tu vida, le justificas la maldad?
MOYA: Más que justificar la maldad, me parece que lo que ocurre es que la mujer, porque básicamente se da en las mujeres, se posiciona en una particular posición en relación al amor al hombre. En algunos casos, se puede argumentar que él está enfermo y el amor de ella lo podrá curar; en otros, ella puede pensar que con el tiempo cambiará, se dará cuenta de su error. Otra posibilidad es intuir o saber que está implicada, como víctima, de la enfermedad de él, los celos patológicos, y esa enfermedad “justificaría” la violencia de él.
Marta y Susana:
¿Cómo alguien que te quiere te puede hacer daño?
¿Por qué hay personas que no detectan la maldad en otra persona hasta que esta la hace?
MOYA: Es importante señalar el tránsito semántico que se produce al pasar de la palabra “amor” a la palabra “querer”. En efecto, esta última tiene una connotación de posesión: la quiero… tener para mí, es decir, “quiero que sea mía”, y esa visión lleva, casi inevitablemente, al conflicto en tanto ella no acepta ser objeto de posesión de él.
Pensemos que “amar” comporta “dar” y ese verbo se sitúa en una dialéctica opuesta a “tener-poseer”.
Quien realmente ama no aspira a poseer.
Montse y Vero:
¿Qué impulsa a una persona, en el ámbito de la pareja, a hacer maldad, actos de maldad? ¿Satisfacción? ¿Qué espera? ¿En el interior no tienen remordimientos? ¿Está premeditado?
¿La maldad personal que afecta al resto es por búsqueda de beneficio propio?
MOYA: Los actos de maldad en la pareja, contra la pareja, se pueden interpretar ya sea por la vertiente de los celos patológicos, ya sea en la vertiente del “amor posesivo”; pero hay otra posibilidad, más propia de nuestra época: la envidia por lo que ella ha conseguido y él no. El acceso de la mujer al mundo laboral y, más concretamente, al mundo universitario, político, económico, etc. Sitúa a algunos hombres en una posición de “estar a la sombra” y ello puede desencadenar actos de violencia – no necesariamente física – contra ellas.
Hay una escena de una película de Woody Allen en la que uno de los hombres protagonistas se acuesta con una mujer que no es su pareja y en un momento de la relación íntima él le dice: “Es la primera vez que me acuesto con una mujer de la que no me siento inferior”.
Valéria Ferreira. Barcelona. Septiembre 2019
VALÉRIA FERREIRA. Psicòloga i Psicoanalista. Acreditada Psicòloga Sanitària. Membre de l’Associació Catalana per a la Clínica i l’Ensenyament de la Psicoanàlisi (ACCEP). Entre els varis estudis i publicacions, destaquen el Màster en “Estudios de la diferencia Sexual”, amb aprofundiment, des de l’antropologia i les ciències socials, en la Teoria de Gènere i la relació del social i cultural amb el femení. También el Máster en Teoría Psicoanalítica. Investiga el tema de “Los mecanismos psicológicos que actúan en las mujeres que están en posición de víctimas de violencia machista” dins del Doctorat Psicologia de la Comunicació i Canvi a la UB.
