Hoy hace un año. La COVID-19 irrumpe en Igualada, la primera ciudad con confinamiento perimetral de todo el Estado. En plena “zona cero”, para Dones Con Empenta se abre una etapa de aprendizaje sin precedentes, con una situación que pone al máximo nuestra estructura. Hemos podido comprobar nuestra capacidad de adaptación a situaciones de urgencia y excepcionales, de reinvención, así como la flexibilidad de todo el equipo para construir una nueva forma de trabajo y atención.

Era un jueves. El 12 de marzo de 2020 los escolares de Igualada y la Conca de Òdena ya no acudieron a escuelas ni institutos, y ante la situación de alarma generada, aún sin directrices claras, ya hicimos que las compañeras de origen más lejano, como Barcelona, no vinieran a los puestos de trabajo. Por la noche se anunciaba el cierre perimetral.

En un primer momento, se impone la reorganización de urgencia. Los primeros días del confinamiento perimetral pasa por avisar a todas las usuarias con visita prevista y realizar las visitas de atención vía teléfono, con la consiguiente reorganización del trabajo del equipo y las agendas. Se reorganiza el horario presencial del SIE de Igualada, que como servicio de atención a las violencias machistas priorizamos como servicio esencial, desde un primer momento y antes de que la administración así lo declarara.

Durante el confinamiento, el SIE de Igualada se mantendrá abierto de 9 a 14h para posibles urgencias con un equipo base. La semana arriba, la reorganización se amplía a todos los equipos y servicios de atención de DAE, incluido el SIE Manresa, que había abierto un mes antes. El estado de alarma se extiende a todo el país, con doble confinamiento para la zona cero.

Las llamadas de seguimiento se amplían a todas las mujeres, niños y adolescentes, con especial seguimiento de las convivientes con el agresor. Abordamos la situación con una atención proactiva, que las mujeres valoran muy positivamente.

La primera fase como de “shock” implica por otra parte la provisión de todos los medios necesarios para hacer frente. Desde los EPiS y copias de tarjetas de teléfono para las diferentes profesionales del equipo, hasta la búsqueda de nuevas formas de contacto como son canales de Telegram, especialmente para las usuarias convivientes con el agresor, con la consiguiente intensificación de la comunicación por redes sociales y la web de DAE, para reforzar la información sobre la actividad del servicio y de las nuevas vías de contacto.

Para la campaña de comunicación diseñamos carteles propios y creamos las etiquetas #NoEstàsSola #PendentsDeTu, con una clara referencia a la disponibilidad del servicio para la atención de mujeres y de las violencias machistas a pesar de la COVID-19.

La vivencia de las profesionales también es distinta. Los equipos presenciales llevan todas las acogidas y urgencias, además de facilitar el trabajo a las compañeras que de un día para otro no han podido volver a su puesto de trabajo para residir fuera de la Conca de Òdena. Las compañeras que hacen teletrabajo también están confinadas en casa, como las usuarias. Las jornadas laborales se confunden con la vida privada, no desconectamos, estamos pendientes todo el día de los móviles, con tensión, y cuesta separar una cosa de la otra.

Poco a poco se restablece el contacto de los servicios de DAE con el resto de servicios de la red. De hecho, promovemos reuniones de urgencia de los circuitos. También se incrementan las reuniones internas para ir construyendo la nueva metodología de trabajo, que pasa por la incorporación del medio de videoconferencia, tanto para las reuniones como para las visitas.

Muchos de los procesos y objetivos que se trabajaban hasta entonces quedan en stand by temporalmente porque aparecen malestares propios de la nueva situación que impone la pandemia.

La temática de las mujeres atendidas son las angustias, que se van modificando en función del momento personal o del contexto. Miedos por la salud, por la incertidumbre de la situación económica, por la pérdida de poder adquisitivo, por el aumento de la dependencia económica hacia otros, por si no volverán a ver a sus hijos e hijas después del intercambio del régimen de visitas, para conocer que personas cercanas adolecen y por no poder despedirse de las que han muerto. Soledad, aislamiento, norma, carencia.

Para algunos niños y adolescentes, la COVID-19 toma forma de otro posible agresor, algo que les puede atacar, y no sólo a ellos y madres, sino a todo su entorno. Muchos expresan temor a que los abuelos y abuelas se pongan enfermos o incluso que puedan morir.

El formato telefónico o videoconferencia genera una nueva modalidad de atención. Cada niño, niña, chica o chico responde de forma distinta. Mientras algunos expresan dificultades para comunicarse, otros sólo niños les permite abrir más que de forma presencial.

Se incrementan, y mucho, las visitas devolutivas con las madres. Las vistas telefónicas lo facilitan. Por lo general, hay más contacto con todos y todas las usuarias.

El trabajo en equipo, el eje vertebrador de nuestra metodología

2020 Un año diferente, que nos ha marcado a todas y todos, con mayor o menor intensidad. Ha habido muchas pérdidas: no sólo de vidas humanas, sino también de proyectos, vínculos con otras personas, costes económicos. A nivel de DAE perdimos de golpe la cotidianidad de estar juntas presencialmente y de una forma de trabajar económicos. Hemos tenido que cambiar nuestra metodología de trabajo, todavía en adaptación ahora, con todo lo que esto implica.

Y sin embargo, 2020 ha sido un año de crecimiento para nosotros. La apertura de un SIE en Manresa gestionado por DAE en febrero y otro en Sant Boi en octubre también ha sido una ventana de oportunidad para renovar, repensar y mejorar los programas y metodologías, mediante reuniones de programas de los tres SIEs.

Y seguimos. Seguimos trabajando en unas condiciones nuevas, inventando, innovando y adaptándonos al ritmo que la pandemia nos marca y atraviesa e incide en todos los procesos de los equipos. Ahora que echamos la vista atrás, apreciamos la valía del equipo profesional, que es excepcional.

En un año tan delicado, nuestra experiencia, dedicación y compromiso han sido primordiales para poder sostener a las mujeres, niños y adolescentes atendidos. El equipo de atención ha gestionado con extrema diligencia y cuidado la situación, adaptando los procedimientos a la nueva realidad y el equipo de gestión ha sido ágil al buscar soluciones.

El trabajo en equipo es el eje vertebrador de nuestra metodología. Y sin ese bagaje no hubiera sido posible alcanzar los niveles de excelencia en esta situación de pandemia.